Conoce la historia de David Reimer: el caso más cruel en la historia de la psicología
Muchas veces la realidad supera a la ficción. Esta es una historia de cómo sin elección, el ego de un psicólogo arruinó y terminó con la vida de dos personas, considerándose uno de los casos más crueles de la psicología moderna.
En 1965 nacen en Winnipeg, Canadá, Bruce y Brian Reimer. A los meses los niños presentaron problemas para orinar por lo que su pediatra les recomendó practicar la circuncisión.
La vida de estos niños cayó en las manos de un doctor obsesionado con sus ideas.
Esta es una cirugía bastante común y no supone gran riesgo, pero desgraciadamente ese no fue el caso de Bruce Reimer. Ese día algo salió mal y se produjo un fallo con el cauterizador eléctrico que utilizaban en la intervención, quemándole finalmente por completo el pene. Se intentó hacer lo posible para salvar el miembro, pero con los días presentó necrosis y fue necesario removerlo por completo.

Los bebés Reimer | Foto: Marcianos MX
Recordemos que en los años sesentas las cirugías de reconstrucción y cambio de sexo eran poco comunes.
En busca de soluciones
La familia Reimer visitó a muchos especialistas y fue así como llegaron al Doctor John Money en Baltimore, Estados Unidos.
El Doctor Money gozaba de alto reconocimiento y admiración, era un sexólogo que con varios trabajos de investigación, había logrado convencer a muchas personas de sus teorías. ¿El problema? Tenía un ego que no le dejaba ver más allá de sus convicciones.
Money aseguraba que todos nacemos con un género neutral y que son los factores externos como la educación y el ambiente que rodean al niño lo que finalmente determina la sexualidad, más que los factores biológicos.
Desafortunada oportunidad
La familia Reimer quizás por desesperación o por ignorancia fue convencida por el Doctor Money para que, a falta del órgano masculino, criaran a Bruce como una niña.
A Bruce le extrajeron los testículos cuando tenía apenas dos años de edad y tal y como acordaron sus padres con el doctor Money, se le criaría como una niña; cambiaron su nombre a Brenda Reimer y jamás se lo comentarían a nadie. Brenda jamás debería saber que nació como niño.

Brenda Reimer | Foto: Marcianos MX
Al tratarse de gemelos, Money encontró una excelente oportunidad como caso de estudio, pues podría comparar el desempeño y desarrollo de ambos niños.
El inicio de una pesadilla
El Doctor Money estudiaba el caso de manera confidencial, de hecho el nombre que le asignó fue “Caso John/Joan”.
Los niños estaban bajo estricta supervisión de Money con el propósito de “corregir” cualquier posible “desviación” y años más tarde publicó resultados que aseguraban que todo había sido un éxito.

Foto: Emaze
Nada más lejos de la realidad
Desde un principio Brenda no encajaba. Su madre la trataba como una niña, la vestía como una niña, le enseñaba a caminar, a maquillarse y a tener cualquier otro comportamiento y/o actitud propio de una niña o mujer pero simplemente era como nadar en contra de la corriente.
Brenda rompía sus vestidos, odiaba las muñecas, odiaba llevar el cabello largo, caminaba como un niño, era “tosca” como un niño y no lo podía evitar.
A medida que iba alcanzando la adolescencia, sus cambios físicos eran evidentes a pesar de los medicamentos con estrógeno que consumía; alcanzó una estatura y una musculatura que difería mucho a las de las niñas promedio.
De más está decir que fue víctima del bullying en su escuela y se sentía profundamente deprimida.

A la izquierda Brian Reimer, a la derecha Brenda Reimer | Foto: Marcianos MX
Las terapias con el Doctor Money empeoraban las cosas, pues con los años los gemelos confesaron públicamente que el Doctor les hacía ver imágenes con contenido sexual muy explícito y que en algunas oportunidades les hacía desvestirse en contra de su voluntad.
Una de las terapias consistía en que Brenda se colocara de rodillas en el mueble desnuda mientras que su hermano Brian, también desnudo, realizaba movimientos pesudosexuales contra la parte trasera de su hermana, todo esto con el fin de “redirigir su sexualidad”. Ambos hermanos odiaban esto, se sentían muy frustrados y los marcó para siempre.

Doctor Money | Foto: Blansh
El Doctor Money negó haber realizado estas prácticas pero nunca retractó los resultados que aseguraban que su experimento había sido un éxito.
La verdad sale a la luz
En 1980, cuando Brenda tenía trece años de edad, decidió no tomar más sus medicamentos con estrógeno y amenazó a sus padres con suicidarse si volvía a ir a las terapias de Money. Los padres lógicamente muy preocupados y confundidos siguieron el consejo del endocrino de Brenda y le contaron la verdad.
Una vez supo todo, Brenda decidió cambiarse de sexo nuevamente. Nacería un hombre nuevo, era el comienzo de una vida nueva y pasó a llamarse David Reimer.
Inició un tratamiento de testosterona, se realizó una mastectomía y una reconstrucción de pene; a los años se casó, obtuvo un empleo y llevaba una vida “normal”.

Foto: Sophmoet
Su gemelo Brain sentía culpa por todo lo que le tocó vivir a su hermano.
Pero su gemelo Brian tampoco tuvo una vida fácil; sentía culpa por todo lo que le tocó vivir a su hermano como consecuencia de esa mala operación y fue diagnosticado luego con esquizofrenia, acabó suicidándose tiempo después con una sobredosis de antidepresivos.

Foto: La Voz del Muro
Trágico final
Varios años después la historia de David se hizo pública y fue todo un escándalo lo cual le hizo perder su matrimonio.
En 1998 junto al famoso periodista John Colapinto, David narró su historia en el libro biográfico As Nature Made Him: The Boy Who Was Raised As A Girl (Tal como la naturaleza lo hizo: El niño que fue criado como una niña): contó lo traumática que fue su vida y desmintió que el “Caso John/Joan” haya sido un éxito.
David terminó profundamente deprimido luego de todos estos episodios y en el 2004, a la edad de treinta y ocho años, se suicidó dentro de su carro en el estacionamiento de un supermercado.

Foto: Marcianos MX
Este es un caso que nos hace reflexionar sobre la ciencia y la medicina moderna. Es triste saber que la vida de dos seres humanos fue manipulada más que “en el nombre de la ciencia”, por satisfacciones propias. Por desgracia, la vida de estos niños cayó en las manos de un doctor obsesionado con sus ideas, desencadenándose todo en un triste final.