Cuando leas estas emergencias sexuales, querrás ser célibe para toda tu vida
En este post te presentaremos historias relacionadas con sexo que realmente ocurrieron y que pueden resultar algo incómodas (te advertimos), pero lo hacemos con el fin de que tengas cuidado y no intentes recrear cosas similares.
El sexo es una de las cosas más placenteras que existen, sin embargo, cuando no se hace con el debido cuidado o simplemente se inventa mucho pues el disfrute clásico ya no resulta suficiente, puede convertirse en una pesadilla. No somos tan conservadores como para decir que “lo tradicional es lo mejor”, pero hay que reconocer que a veces la gente cruza los límites a la hora de experimentar, y sólo se dan cuenta de que ese tipo de cosas no se deben hacer justo cuando los problemas sobrevienen.
A continuación, te contamos un par de historias reales sobre los problemas que la gente ha tenido precisamente por andar inventando cosas muy raras:
¡Cuidado, vaquero!
En un día aparentemente como cualquier otro, ingresó a urgencias un hombre de 23 años acompañado por dos chicas, todos originarios del estado de New Jersey (Estados Unidos). De acuerdo con el testimonio de los médicos, el joven tenía el miembro viril en estado de semi-erección, pero con un extraño ángulo de noventa grados que lo partía a la mitad; estaba muy inflamado y se estaba poniendo de color púrpura. Por supuesto, en la cara del hombre, las lágrimas eran lo recurrente.

Foto: vía Pexels.
Las dos “amigas”, que parecían más asustadas que él, confesaron que estaban haciendo un trío sexual y se alternaban para “cabalgar” al infortunado en la posición de “la amazona”. En uno de los cambios de turno, una de ellas tomó mucho impulso y escuchó un ¡crack!, que terminó doblando dolorosamente el instrumento del hombre. Sobrevino un grito ensordecedor de él y, minutos después, ya estaban en la clínica. Lo bueno fue que reaccionaron con rapidez.
Bastó una inyección de adrenalina para devolver la flacidez del miembro viril y al menos dos horas de cirugía reconstructiva para ponerlo como estaba antes. El sujeto no pudo mantener relaciones sexuales durante meses hasta que el músculo cavernoso cicatrizó por completo.
El médico explicó que se trataba de una “fractura de pene”, que aunque no tenga huesos, el miembro viril también puede sufrir fracturas cuando las cavidades llenas de sangre lo ponen erecto. El médico dijo que es más común de lo que la gente piensa, sobre todo ahora que se inventa mucho en la cama. Así que cuidado con juegos de vaqueros y cabalgatas muy estrepitosas.
Crustaceofilia, si es que así se puede llamar…
Ahora nos iremos hacia el estado de Maine (también en Estados Unidos), donde siempre pasan cosas extrañas que son dignas de contar. Aproximadamente, a las cinco de la mañana de un 28 de febrero, los vecinos de Susan Delucci llamaron a la policía a causa de unos gritos que provenían desde su casa. Efectivamente, había una aparente escena del crimen en el baño de la joven.

Foto: vía Pixabay.
Su cuerpo yacía semidesnudo y sin vida en el suelo. Un extraño líquido de color pardo salía de su entrepierna. Cuando los forenses levantaron el cadáver se sorprendieron al ver que de la vagina de la víctima cayó un pequeño crustáceo. Alzaron la tapa del WC y se encontraron con un centenar de pequeños langostinos chapoteando dentro del agua.
Finalmente, tras las averiguaciones del caso realizadas por el cuerpo de policía, se concluyó que la occisa se había masturbado con una langosta. Los informes confirmaron además que ella introdujo la cola del animal vivo en su vagina mientras la azuzaba a que entrara más con la ayuda de un encendedor.
La agonizante criatura expulsó una gran cantidad de huevecillos en el interior de Susan que, luego de dos días de incubación, reventaron. Los langostinos recién nacidos causaron fuertes dolores abdominales y un shock alérgico que mató a la enfermiza joven. La gente aburrida puede hacer cosas como éstas e incluso peores.
Succión extrema
Un turista australiano de 29 años de edad fue el responsable de que vaciaran una piscina entera en un resort de la isla de Bonaire. El sujeto introdujo su pene en el agujero del drenaje para obtener una “súper mamada”. Lo que no calculó fue la intensidad de la succión; fue tan fuerte que ésta casi arrancó de un tajo su miembro viril.

Foto: vía Pexels.
El cuerpo de bomberos de la ciudad de Rincon acudió a esta alberca en la que se encontraba el hombre y, después de evacuar a todos los bañistas, actuaron para detener el sistema de drenaje. Para su sorpresa, la presión ejercida por sobre el órgano del individuo le había causado un abultamiento que le impidió retirarlo. En vista de esto, procedieron a retirar toda el agua de la piscina para introducir algo que forzara la salida del miembro.
Después de unas semanas de recuperación, el miembro del hombre volvió a la normalidad, aunque imaginamos que ya no lo usará para cosas extravagantes o quizás ya hasta le tenga fobia a las piscinas.
Enredados (y no es la película de Disney)
Robert Palacios, de 26 años, y Jessica Montiel, de 32, nunca imaginaron que su primera noche juntos terminaría creando una “fuerte conexión” entre ellos… literalmente.

Foto: vía Pexels.
Un día sábado, aproximadamente a las 10:00 pm., se encontraban en el bar donde solían tener sus citas. La velada avanzó, esta vez de forma más vertiginosa que las veces anteriores, por lo que a las dos de la mañana se encontraron besándose apasionadamente en una esquina del establecimiento.
Después de un largo calentamiento, Robert se dispuso a penetrar a Jessica sin pensar que les daría un pase VIP directo a urgencias. El placentero acto se convirtió en un forcejeo para retirar el pene de la mujer, la cual comenzó a experimentar un intenso dolor por dentro. Poco tiempo después, otro de los clientes del bar se dio cuenta de que algo no andaba bien y fue a fisgonear. Pero sólo era cuestión de tiempo para que todo el mundo en el lugar se terminara dando cuenta de lo sucedía. Ella gritaba: “¡auxilio!”; y todo el mundo estaba extrañado de que no se tratara de una violación, sino de un dolor intenso cuando intentaban apartarle al hombre de encima.
Alguien se ofreció a llevarlos a un hospital cercano y allí se dieron cuenta de lo que estaba pasando. El pene de Robert, que estaba decorado con un piercing en su glande, se había enganchado con un dispositivo intrauterino que Jessica se había colocado un mes antes. Los médicos tuvieron que utilizar un espéculo para abrir la vagina de la mujer y desenganchar al “Príncipe Alberto” (nombre que se le da al piercing peneano). Nadie puede prever que algo como eso vaya a suceder, pero ¿un piercing en el pene, en serio?
Si ya te ha pasado algo como esto, has escuchado una historia similar de algún conocido o simplemente te gustaría dar tu impresión al respecto de estas emergencias sexuales que realmente ocurrieron, no dudes en hacerlo en la caja de comentarios.
Referencias:
Foto de cabecera: vía Pexels.